Vivir en el contexto de crisis económica y social que atraviesa el país puede ser razón suficiente para que el estrés y las emociones provoquen que pequeñas cosas se borren momentáneamente de nuestro cerebro. Olvidar la letra de una canción, el cumpleaños de un pariente, el horario de una reunión, puede que sean “olvidos normales”, sobre todo si el día a día es abrumador. Sin embargo, hay que saber que algunos despistes pueden ser más que simples distracciones.
“Más que normales, los olvidos pueden ser esperables o frecuentes cuando las cosas que olvidamos no tienen un impacto funcional”, explicó en diálogo con LA GACETA la neuróloga Daniela Grací. “Esto quiere decir que lo que me olvido no es algo grave. Por ejemplo, no me olvido el shampoo adentro de la heladera, o algo en el fuego de la cocina e incendio a la casa”, remarcó.
Cuándo no es normal
Buscar ayuda a tiempo ante la aparición de síntomas anormales en nuestra salud es importante, por lo que en este tema es clave conocer cuándo se debe consultar a un especialista.
Y al respecto Grací detalló: “los olvidos patológicos, que son los que preocupan, nunca son advertidos por el paciente. Entonces, el primer olvido que nos debe preocupar de un familiar o de alguna persona cercana es no reconoce el olvido o la falla que ocasiona el mismo”.
“Otra cosa que nos tiene que llamar la atención es cuando el error es grave -mencionó la neuróloga-. Si me pierdo en la calle, y sin ayuda no me vuelven a orientar, es preocupante. Si olvido cosas que forman parte de mi rutina diaria, como por ejemplo una buena higiene, es serio también”.
Las cuentas son otro punto a prestar atención. “Cometer errores bancarios y no manejar bien los impuestos, como no pagar la tarifa de la luz, eso también son como banderas rojas de fallas que nos tienen que alarmar”, puntualizó. “Cuándo los olvidos se perpetúan y tienen mucha repercusión funcional, hay que buscar ayuda”, detalló.
Edad y memoria
El paso del tiempo y los olvidos van de la mano. Así lo expresó la especialista, quien dijo: “con los años la pérdida normal de memoria sucede porque hay un deterioro cognitivo. La fluidez en las palabras, la velocidad para hablar, la capacidad de idear y de la ideación, se va perdiendo con la edad”.
En ese sentido, Grací apuntó: “hay un rango de normalidad en esa pérdida, pero si aumenta un poco más de lo esperable para la edad debemos ocuparnos también”.
Gimnasia cerebral
No tan solo el cuerpo necesita ejercitarse para mantenerse sano y fuerte. A la mente también se la puede fortalecer y cuidar, con ciertos ejercicios que pueden retrasar o mejorar los olvidos.
“La gimnasia cerebral consiste en ejercitar a nuestro cerebro, pero para eso necesitamos ir un poco más allá“, observó Grací.
“Para evitar este deterioro cognitivo hay que hacer actividad un poquito más de lo habitual. No voy al almacén, compro, vuelvo a mi casa, veo la tele, marco los Números de Oro y ya está. Hay que hacer un esfuerzo”, ejemplificó la neuróloga
“Si sos campeona de sudoku, jugarlo ya no te entrena. Lo que te entrena es otro tipo de crucigrama. Y después también, aparte de esos ejercicios específicos cognitivos, hay una cosa que ayuda mucho a evitar el deterioro en las funciones mentales: la vida social”, aconsejó.
“Que el paciente se exponga socialmente a un grupo, salga a tomar café o que haga terapias grupales, ayuda un montón”, advirtió.
Neurogym en Tucumán
¿Sabías que en nuestra provincia se puede entrenar la memoria, socializar y mantenerse activo en un solo espacio? Fundación León dicta talleres de neurogym en la capital y en Yerba Buena. Es una bueba oportunidad para quienes están interesados en activar la mente.
“En ambas instituciones tenemos talleres que forman parte de dispositivos de prevención y estimulación cognitiva, en donde participan personas mayores de 55 años que no presentan un diagnóstico neurocognitivo como Alzheimer y otros tipos de demencias”, precisó Constanza Baiz, psicóloga y coordinadora del Centro de Envejecimiento activo de la entidad.
Y aclaró: “son personas mayores que presentan olvidos, fallas en la memoria que son propias de la edad”.
“Trabajamos mucho con el concepto de plasticidad neuronal, que lo que hace es, a través de ejercicios o actividades, mantener esta conexión neuronal que justamente es lo que se va perdiendo con el paso de los años -comentó Baiz-. Para eso nos enfocamos en diferentes áreas cognitivas, como cálculo mental y lenguaje principalmente. Por ejemplo crear palabras, buscar la comprensión, la interpretación de los textos que ellos sienten que van perdiendo. Hacemos mucho hincapié en la estimulación del lenguaje, trabajamos con pensamiento lógico, y con la memoria a corto y a largo plazo”.
Casos exitosos
Norma Reynoso tiene 75 años y desde 2023 forma parte del grupo de neurogym. “Tengo pérdida de memoria activa, entonces uno de los médicos que me vio me recomendó esto, y es maravilloso lo que aprendés”, mencionó.
“Tenemos actividades de matemática o lenguaje, hacemos oraciones, pero especialmente aprendemos a convivir solos y a vivir nuestra vejez”, agregó con entusiasmo. Y subrayó: “estar también en grupo ayuda mucho. La parte social es muy importante”.
Otra entusiasta de voz potente es Marcela López. Tiene la misma edad que su compañera y las mismas ganas de seguir activa. “Hice cursos de PAMI, porque me gusta estudiar. Escribo, leo dos horas por día”, reveló, para luego confesar que cerca suyo encontró una inspiración.
“La abuela de mi nuera cumplió 100 años el 28 de febrero, y ella siempre decía: 'cuando yo no pueda ir al baño sola y cuando no pueda comer sola, me voy a un geriátrico'. Pero todavía está fuerte en su casa. Es un prócer, y aprendí tanto de ella... -enfatizó-. Aparte yo me amo y lo más importante para mí soy yo, por eso me cuido. Soy feliz”. (Producción periodística: Ariane Armas)